miércoles, 26 de mayo de 2010

No puedo pararme ahora a explicar nada, de como va nada, o aquello que espera para que alguien lo piense y vuelve a resucitar. Estoy liadisima, pero me jode no encontrar un momento para empezar a empezar.

No puedo hablar ahora del día de la playa y el fatidico y maravilloso momento en el que el agua nos entró en la tienda de campañana, ni de cómo era la felicidad que sentía cuando dormimos en la montaña mojados por el agua y hacía tanto tanto frío que no quería que dejara de hacer frío para que no me dejara de abrazar. Ahora no puedo.

Tampoco de cómo se firmó el acuerdo de yo te doy la mitad de mi coche si tu me das la mitad de mi cama, no no, es imposible contar ahora algo tan largo.

Ni de las notas y los barquitos de papel en el armario.

O de cómo salvar en cinco días un proyecto fin de máster, porque ayer te enteraste de que tienes que empezar de nuevo.

O de cuando decimos que la piña es astringente, o antialérgica, o hipocondríaca...y nos reimos. Entonces llega él de hacer sus cosas y la casa se llena de nuevo, no estaba vacía, estaba a medio cocer, pero con buen olor.

Pero están ahi, solo quiero que no se me olviden.

lunes, 10 de mayo de 2010

Se que el año pasado por estas fechas también vivía con muchas cosas que hacer, con muchas. Se que el tiempo también andaba casi siempre nublado, pero creo que era de otro tipo. Andaba tan liada que dejaba de pensar mientras me iba a la plaza, a ver que me contaban. A respirar joder.
Estos días se han amontonado en meses y meses, y no paran de repetirse una y otra vez los mismos días. Alguno explota de vez en cuando, porque ya no resiste más. No se ni donde quedan los restos de la explosión, a lo mejor en la ducha. O qué se yo.
Y ahora igual, creo que no son tantas cosas las que tengo que hacer, pero se hacen enormes y a la vez insignificantes. Y han conseguido que me pesen las piernas, que fume restos, que la calle queda lejos, que no se qué mierda pasa.
Vamos a escaparnos a aquel lugar, a hacer que todo pase, o que pase elegantemente, pero no así. Que pase con frutos secos y naranjas. Con olor a lactovit, como ahora. Con volteretas y sensaciones de frío en los pies del agua del mar. Que pase y nos deje restos de cerveza y el muslo tatuado de una guerra que se veía venir, se veía pasar, elegantemente.

domingo, 9 de mayo de 2010

Como la explosión del romanticismo con el sexo anal
y lo erótico del ratón del ordenador portátil.

oh si, días difíciles