miércoles, 28 de octubre de 2009

Es que no quiero que te vayas.
Quiero llegar a casa y que estés.
Y si no estas...
que llegues.

(3:00 de la mañana. Abrazos en el playmobil y cerveza acabada)

martes, 27 de octubre de 2009

Igual que tú no esperabas que apareciera
MÁS BLAU

curioso

domingo, 25 de octubre de 2009



El otro día fui a la farmacia y encontré un cartel como este.
Confío en que no nos afecte esta campaña.
Para aquellos que la promueven, por favor, cuando pase la fiebre A, escriban por toda la ciudad:

PUEDEN VOLVER A BESAR

gracias...

miércoles, 21 de octubre de 2009

He intentado meter a bonaccia en mi dormitorio, tengo un sofá rojo que había en la basura. Pero no es lo mismo, no es bonaccia.

De todas formas es bonito, es sucio, es rojo, está viejo y bastante roto: como todo lo bueno.

Ancora mi piace far canzone e bere vino, mi piace far casino..

lunes, 19 de octubre de 2009

Ahora mismo volvería a intentar vacilar.
Y a perder.
Volvería.
Pero voy a dormir.

sábado, 17 de octubre de 2009

Bien
Conclusiones de hoy antes de que me emborrache:

- Me he dado cuenta de que con diecisiete años no estaba ni la mitad de buena que las niñas de hoy.
- No se coger una aguja y coser, es realmente dificil.
- Hitchcock es un grande y punto.
- Romper las galletas dentro de la leche no mola si no son galletas maría.

viernes, 16 de octubre de 2009

Lo bueno es que no tenemos nada que ver con las canciones de Carlos Baute, y eso engloba muchas otras cosas que la gente no podría ni acercarse, algunos no podrían ni entender.

Algo va a explotar de un momento a otro... y no son mis bragas.
Es que a veces pienso que me quedo en el borde de la cama, detrás del edredón, asomando solo un poco la cabeza y mirando, esperando que llegue el frío para poder abrazar sin dar explicaciones, pensando que es normal que abrace porque hace frío y no porque me apetece.
Y los abrazos son casi (1)desabrazos… pero las luces están apagadas y no se ven las ganas de volver al otro lado del edredón y esconderme por el miedo a un desabrazo. Solo por miedo. -Véase también inseguridad-.
Entonces vuelve el frío, y voy subiendo por un cuerpo desnudo y tumbado al que querría abrazar, bebiendo celos y fumándonos miradas cómplices, pero que se consumen, y ahora me consumen.
Ese tipo de complicidad que nace de madrugada me jode compartilo.
Pero a veces es inevitable.



1. Abrazos que se dan con miedo a que algún día dejen de existir.
Chi è morto di invidia

o di gelosia

A volte accade... con parecchia gelosia, quando guardo qualcosa che so che non devo guardare. E lo faccio.

Schifo di gelosia.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El otro día me invitaron a una obra de teatro. Muda. Una noche de silencio y algún murmullo en el público, algunos sonreían, a mi a veces se me escapaba algún que otro gemido imposible de disimular. Los actores tenían guantes blancos --- como mimos--- chaleco y sombrero, iluminados por pequeñas luces que se colaban de la calle, que también guardaba silencio. En el segundo acto empezaron a crear siluetas, a rasgar cuerpos y a morder bocas que ardían. Manteniendo la expectación a medio centímetro de distancia.

Era el mismo sentimiento del depredador cuando tiene a su victima y la desolla, mirando al público con sangre en los dientes y ojos de placer.

Goteaba carisma
Brindaron.
Entonces estaba fregando los platos, y ellas en el salón hablaban de arquitectura, a él no se le escuchaba. Pensaba en el valor de aquella escultura sin mensaje y en aquella conversación que tuvieron en el bar pequeño de calle Elvira. Hubiera sido muy distinto si en el momento hubiese dicho lo que pensaba mientras fregaba los platos. También hablaban de danza, de sonido y de sensaciones. A una de ellas le encantaba el espectáculo, a mi me gustaba escucharla desde la cocina. ¿y para que sirve esa escultura? - para generar una emoción. ¿pero para que me sirve? - para que el ser humano no muera.

(en el intento de ser humano)

Calle Elvira solo es para unos pocos.
El flamenco también.

Como todo.
LA XIQUETA DEL VESTIT BLAU

martes, 6 de octubre de 2009

Era por cosas como pintar corazones con pintalabios rojo puta – para evitar cursilerias- en la mesa mientras hacíamos falafel picante. Y terminar pintándonos la cara mientras gritábamos como locas.
Y mi cabeza está llena de imágenes ralentizadas de su boca abierta gritando con un pintalabios que me apuntaba y me sentía feliz.
Se me mezcla con imágenes del mismo tipo mezclando coca cola con vino encima del fregadero durante dos meses, todas las noches.

Porque todas las noches lo merecían, aquellas de mayo y junio.

Quier ovo lver y reir mecont igo yesa ascosa sque medabassin pedir te

lunes, 5 de octubre de 2009

"uuuh! si hase un día de caló que no vea' que guenoooo"

la gente es una cachonda..

viernes, 2 de octubre de 2009

Un minuto para ser princesa. Barata. Princesa. Que escupe. Que se coloca. Princesa. De piernas ardientes. Que besa. Princesa y punto.
-Querría la solicitud del título.
-Devuelve la llave de la taquilla y los libros en préstamo. Firma aquí, aquí y aquí. Dame la copia de los pagos. La copia del expediente te tardará una semana. Los trabajos de la universidad se recompensan con créditos que ya no te hacen faltan. También firma aquí. Fotocopia del dni. No, solo son concursos para alumnos de la facultad.

-Ni una lagrimita coño!

Al cajero del coop seguro que le dio más pena que dejara de comprarle vino cuando me volví.
Las ciudades de noche (en general).
San Nicolás por la tarde, antes de las ocho cuando el flamenco huele a sucio y aún no hay luces. Bajando a la derecha, se llega a un rincón de una calle con escaleras, justo debajo de la Alhambra. Es un rincón para fumar, para querer volver al día siguiente. Pero no sabría volver otra vez. El escondite más seguro está en calle Elvira, en otro rincón del bar, buscando siempre el fondo y los barquitos de papel. Incluso en una tetería, pero allí la gente desea que te largues y les dejes tu intimidad observada por otros nosotros. Bib rambla es para la mañana, es más familiar. Plaza Nueva creo que no llegó a existir en nuestro artificio, no importa, solo tengo que estar allí en el dosmilcatorce.
Una ciudad que guarda secretos.
Tormentas febriles de nuevo.
A veces, entre fiebre y fiebre creo que viene a dejar barquitos de papel.
Llenan la casa.
Y la estantería del desayuno.

Pero todo esto venía por una necesidad imperiosa de escribir las ciudades de noche.