viernes, 21 de agosto de 2009

Esta mañana en el mercado he visto al pescadero, no lo conocía, era un señor con canas, que cerraba su puesto hasta mañana por la mañana.
Creo que sonreíamos los dos.
Y yo iba pensando: ¿Signora, vuole un po’ di pesce? ¿O se no un po’ di formaggio, vuole formaggio? ¡¡È buono, è buono davvero!!

Y al salir no he visto una furgoneta con pescado, ya se habrían ido a casa a comer…
comían juntos,
arriba,
cerca del acantilado,
donde siempre huele a mar,
donde casi no se dejaba ver el silencio,
y a veces se podía ver en las fotos que colgaban por la casa,
en las fotos inventadas
de sonrisas estúpidas,
y se escuchaba: a ver, reggi il pesce mentre faccio la foto.
Allí.

5 comentarios:

josep dijo...

Seguro que comian juntos entre fotos sin cabeza.
Ahora me apetece saltar de un acantilado, pero tendre que mirar que no haya una barquita debajo.

un monton de palabras cogiditas de un papel dijo...

El acantilado da vértigo...

josep dijo...

Te da vertigo?El que, un acantilado?

un monton de palabras cogiditas de un papel dijo...

siii, olvidate de q me tire de un acantilado ;P

ya tendria q ser bajito bajito..

o a lo mejor es como cuando me daba miedo el pato, y al final era casi su mamá y se dormía encima de mi..ai, pues lo mismo, igual pruebo y quiero estar todo el dia saltando!

sssss dijo...

Es probable que si pruebas no pares de saltar. Una adiccion mas