Supongo que será como todo lo prohibido, que dan aún más ganas de hacerlo.
Por eso no quería prohibir.
Pasó todo un verano y todo un invierno viendo como pasaban. Y el verano siguiente casi asomaba el rabillo del ojo. Y veía como pasaba otra vez con los días de calor.
El año pasado también los dias de calor llegaron demasiado pronto, o muy tarde, no lo se.
Se que cojeaban, y derramaban café porque le temblaban las manos.
Pero era inevitable, ¿no?
jueves, 8 de abril de 2010
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