martes, 26 de mayo de 2009

Anoche te confundí, casi eras tú. Te busqué, sin querer, en besos que aún sabían a plástico nuevo. Y no me gustan los regalos envueltos en papel de corazones, ni besos que se disuelven entre tanto calor. Entre tanta necesidad de romper abrazos, y darlos con rabia, ni subirme a una cintura que casi era la tuya, y aún así destrozarla. ¿Por qué tienes esa sonrisa tan triste?

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