domingo, 17 de mayo de 2009

Es cuestión de esperar para que las cosas vuelvan a funcionar otra vez, y tener el cielo bajo los pies, y el azúcar despacio hundiéndose en el café, color marrón. Es cuestión de esperar. Solo eso. Para hacer un surco en el centro de la espalda, con el dedo, y dejar marcados los cuentos que no supe contar, o quizá el volumen de la tele estaba demasiado alto y no pudiste escucharlo. No fue mi culpa. Fue culpa del ruido.

Fue culpa del ruido de las distancias.

Volver a jugar con ellas, morder los milímetros que quedan en el aire, excitarlos hasta hacer que mueran. Y morir.

2 comentarios:

Matías Muñoz Carreño dijo...

Me gusto bastante, señorita, rato hacía ya que no pasaba por tu blog, cada vez escribes cosas mejores...
Suerte, espero que algun día nos encontremos en algun lugar del mundo, un abrazo grande desde Chile...
Bye

un monton de palabras cogiditas de un papel dijo...

gracias! ;D