domingo, 11 de enero de 2009
1.03
Echaba de menos no poder dormir, y levantarme de la cama para ir a mi rincón de la cocina, el tiempo que dura un cigarro. Y mirar por la ventana, los pisos apagados, mis vecinos están durmiendo, o discuten, o hacen el amor, lo que sea pero en silencio. El silencio que se rompe con alguna que otra campanada. Todos menos uno, que aún conserva la luz del salón, y que es el último en irse a dormir.
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