domingo, 29 de marzo de 2009

En todas partes, los besos de despedida tienen el mismo escozor, y queman pero no consumen las ganas de seguir dando besos hasta que se borre la mierda de sonrisa estúpida, que se mezcla con las lágrimas, que pesan, y te pesan…y duelen incluso más que aquellas cosas que estaban por llegar, pero se quedaron enganchadas entre la lluvia absurda de marzo, tan absurdo como nosotros -porque en algún momento hemos sido nosotros- enterrados, escondidos debajo de las sábanas. Absurdo como buscar huellas esta mañana, y encontrar sábanas vacías, todo quedó vacío.

Yo tampoco te lo dije

pero yo también

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