miércoles, 15 de abril de 2009

Dejarlo todo, y recuperar las ganas, o recuperarlas sin dejarlo, sin desandar todo para volverlo a empezar, simplemente continuar con pasos pequeños y de lunares, porque ya es tiempo de lunares en el café y en las galletas, y de pecas en la cara con sabor a chocolate. Y sueño en las pestañas y en la planta de los pies, que caminan descalzos que es como mejor se siente el frío, y no el frío inventado que se pone de barrera, igual que las persianas que se bajan a las diez de la noche en las tardes largas, pero que deje de llover también ayuda, porque así el suelo está húmedo, pero prefiero cálido y de color azul claro, para echar de menos, y naranja para recordar, y rojo para acercarme a ti aunque estés lejos, porque si quisiera empezar a correr para buscarte no sabría llegar, llegaría solo hasta un sitio con mar, y me quedaría en la orilla esperando que llegaras por detrás con dos cervezas y bebérnos –las- tranquilamente igual que hacemos siempre aunque sea sin el mar y sin olor a sal, suponiendo que huele a sal. Y se me llenan la punta de los dedos de suposiciones, de historias que preferiría recordar en vez de imaginarlas. Zapatos llenos de arena, bocas llenas bocas. Dos siluetas perdidas.

1 comentario:

lanudo dijo...

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