lunes, 27 de abril de 2009

La historia de la chica que estaba sentada en la sala de espera del dentista, es una de tantas en las que no entras por miedo, la gente tiene miedo de poner su boca en manos de otros si te apuntan con un monton de movidas que tienen toda la pinta de que va a doler.

Se fue a su casa.

hay gente demasiado idiota

y gente demasiado cobarde

No hay comentarios: