domingo, 5 de abril de 2009

Lo peor de todo es que me cuesta relacionarte con aquella pequeña luz que nos alumbraba, no te puedo relacionar con un olor, ni los segundos aquellos que me brindabas para buscar a tientas tu boca. Es tan triste como saber que solo una vez al día eres un sonido en la mesita de noche, lejos, muy lejos de ser la voz dulce que dejó de sentirse para colarse entre las piernas, y que ahora tampoco recuerdo. Y saber que un día la vergüenza se tiró a la basura en un pedacito de plástico, y me hace mirar al suelo si te veo por la calle. Se me agolpan pensamientos más cercanos y los tuyos escapan. ¿Dónde quedó Magritte? Ya nadie se acuerda de Modigliani. No puedo escuchar radiohead, y desde entonces se han multiplicado los smart blancos por toda Perugia.

No hay comentarios: