viernes, 3 de abril de 2009

Dices que estoy desaparecida…

Podrías encontrarme preparando café en casa, en pijama, sola o con Agnese, pero mejor con ella, porque así los desayunos son mucho más italianos con nuestras tertulias entre cigarro y cigarro, o pasando apuntes en la cocina, esperando que si llaman a la puerta seas tú, o de camino a clase pensando qué bien que por fin hago algo productivo. Podrías encontrarme haciendo ensaladas con María defendiendo el polvo por encima de hacer el amor, y ella mirándome indignada, pero Antonio ríe, y empieza a hablar tan rápido que solo le entiende Agnese, pero yo sigo riendo. Podrías encontrarme sentada en las escaleras de la plaza, bajo el sol, haciendo teorías para poder entenderte, y así se me derrite el helado de biscoto y se me calienta la cerveza, o si está Sara preferimos hacer calimocho con el tavernello. Pero la gente llega y el sol se va, y yo sigo allí, fumando y cada vez sentada más cerca del suelo. O podrías encontrarme cenando pizza en algún lugar de Perugia, o en casa de alguien, o encerrada en mi cuarto sin querer cenar. Eso o volviendo a la plaza porque allí es fácil dar abrazos y besos y seguimos bebiendo, y cuando llego a casa me jode ver mi cuarto tan sumamente vacío que no puedo entrar, y la cama ausente y todo lo de hoy por un momento deja de tener sentido, y es cuando me mandas un mensaje y me dices: sei sparita e mi hai dimenticato…

No hay comentarios: