martes, 11 de noviembre de 2008

martes

Media botella de vino y un litro de cerveza no me dejan pensar,
para ser martes está bastante bien,
y sólo se deja entrever un pequeño ápice en la relación existente e inexcusable
entre el alcohol vagabundeando por mi cuerpo y tu olor,
que se pasea con libre albedrío por mi nariz.
Tu olor que se entierra en mis entrañas, me ciega y me dice que todo es factible,
me intoxica, me envenena, y me contamina todo pensamiento que no sea el de joder, cuanto me gustaría que estuvieses aquí esta noche.
Que sepas que volveré a dormir contigo,
lo siento,
pero a mi tampoco me gusta tenerte merodeando dentro de mí,
cuando a estas horas pienso que nada es probable.

No hay comentarios: